28 Sport no es un zapato cualquiera. Es el fruto de una obsesión. Una obsesión un poco enfermiza, pero obsesión al fin. Lo queremos todo. Todo. Una durabilidad a prueba de explosiones atómicas de mediana intensidad, un estilo eterno que sobreviva los vaivenes de las modas para que se justifique tener un zapato por más de tres o cuatro décadas, una comodidad tal que haga que caminar descalzo sobre la suave hierba de una pradera parezca una tortura.

Queremos todo. Y no somos gente de darnos por vencido. Queremos que nuestros clientes deseen que sus heladeras, microondas, computadoras y automóviles estén así de bien construidos. Queremos que se fanaticen del olor del cuero como nosotros. Para eso recurrimos a cueros perfectamente impolutos, libres de toda contaminación de marketing, de vacas criadas en campos sin carteles y sin acceso a televisión satelital. Por eso contratamos a los artesanos zapateros con la mayor experiencia, que pueden detectar un zapato no artesanal con sólo escuchar el sonido de su pisada. Por eso hacemos una mínima cantidad de cada uno nuestros zapatos.